Por Sergio Mejía Cano
Por fin se llegó el día de reanudar las clases en forma presencial; aunque en algunos planteles, las clases se seguirán impartiendo en forma virtual o a distancia -en forma híbrida, se le ha dado en llamarlas-, tanto porque algunas escuelas no están en condiciones óptimas, y otras por aquello de prevenir posibles contagios, porque no vaya siendo y repunte esta pandemia.
Ahora también por lo mismo, el servicio del transporte urbano está de plácemes, pues de inmediato se sintió lo que es el que el alumnado que vive lejos de sus escuelas, tengan que recurrir a este medio de transporte para trasladarse a sus clases; y claro que tal vez el comercio también repunte, precisamente gracias a los escolares en todos los niveles al adquirir útiles, libros, ropa, calzado o simplemente alguna golosina, fruta, etcétera.
Sin embargo, al parecer en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), en la facultad de medicina las clases seguirán siendo a distancia, según lo declara el rector Ignacio Peña González, de acuerdo a una nota informativa en el portal de NNC.MX, firmada por Fernando Ulloa, con fecha de febrero 22, en donde afirma el rector Peña González, que en la unidad académica de medicina se decidió continuar trabajando con el esquema virtual; pero reconoce el rector, que algunos alumnos no están de acuerdo, por lo que convocaron a una reunión para hablar con la dirección de la unidad académica.
Y qué bien que algunos alumnos de la facultad de medicina no estén de acuerdo a seguir las clases en forma virtual, porque si de por sí, cada día se dan más casos de negligencias médicas tanto en el Sector Salud, como en los hospitales privados, por lo que ya es necesario que los futuros médicos, tengan mejor clases presenciales por aquello de que "la práctica hace al maestro", ya que es una carrera y profesión que, para aprender mejor, es la práctica adentrándose en el organismo humano, porque así nada más con la teoría, pues como que no se aprende igual, además de que en sí, tal vez no a todos los alumnos se le dé el enseñarse de bien a bien sin estar en el meollo del asunto, teniendo en sus manos lo esencial que significa conocer el cuerpo humano para entenderlo y conocerlo a fondo, por lo que qué mejor que los posibles próximos médicos se adentren de bien a bien al conocimiento de la medicina humana.
Y todo porque ya va para dos años que se han perdido irremediablemente en la calidad de la educación-enseñanza, dos años que, para las mentes jóvenes físicamente podrían significar todo un universo de conocimientos que hoy, infortunadamente, se han echado al vacío. Obvio que esto se dio como prevención y protección del alumnado; pero ya no se puede seguir así, porque si algo se necesita en nuestro país, son médicos, y ya se ha dicho hasta la saciedad, especialistas en todas las ramas de la medicina, por lo que no es muy descabellado pensar que, estos dos años de pérdida de conocimientos, sí que han afectado sobremanera en perjuicio de la población y desde luego, para los mismos estudiantes de medicina.
Porque de seguir así, con las clases virtuales o a distancia, es tanto como aquellas clases por correspondencia que se pusieron mucho de moda en los años 60 y parte de los 70 del siglo pasado, en donde se ofertaban clases de mecánica, de electricidad, de contabilidad, de ejercicios y hasta de karate y otros combates de lucha cuerpo a cuerpo que, en sí, de estas clases por correspondencia, las de karate fueron de las que más demanda tuvieron.
Y no es que no se aprendiera algo en estas clases por correspondencia, porque alguna información se quedaba entre quienes leían estas clases; sin embargo, y como para todo hay gente, para algunas personas estas clases por correspondencia parecían estar en chino. Así que es poco probable que, por clases por correspondencia de karate, alguien haya salido siendo cuarto dan.
Lo que sí ha persistido hasta nuestros días, son las clases de guitarra; pero igual, algunos no supieron más que conocer las partes de una guitarra; pero otros sí que salieron virtuosos de este instrumento y no precisamente por el libro de enseñanza fácil de guitarra, sino por la vocación que ya trae cada quien.
Y esto podría trasladarse a los estudiantes de medicina, porque ¿cómo podría alguien aprender a tocar guitarra si no tiene el instrumento musical en sus manos? Así los médicos, ¿cómo van a conocer y saber de un cuerpo humano, si no lo tienen a la vista y lo palpan? Así que no hay como las clases en forma presencial.
Sea pues. Vale.
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