Por Sergio Mejía Cano
Ahora con el affaire entre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Carlos Loret de Mola, por el reportaje que muestra una de las casas que habita el hijo mayor de AMLO en Houston, Texas, varios medios informativos y redes sociales han señalado que el presidente de México se quebró al referirse a sus hijos cuando en los años 90 era vigilado hasta con helicópteros encima de su casa en su estado natal, Tabasco.
Cuántas veces cualquiera de nosotros no hemos sentido y oído decir a familiares, amigos, vecinos, conocidos o en pláticas espontáneas que, "a mí me podrán decir o hacer lo que quieran; pero que no se metan con mis hijos, porque ahí sí que me van a encontrar".
Y esto es denominador común en la mayoría de mamás y papás e incluso entre otros seres muy apegados a las relaciones familiares que no podrían soportar que alguien les hiciera daño a hijas, hijos, sobrinos de ambos sexos o cualquiera otro familiar, sin que llegue un sentimiento de defensa absoluta y más, si quien es atacado u ofendido no puede defenderse por sí mismo, precisamente debido a la edad o no estar en posibilidades de defenderse o enfrentarse al tú por tú, por equis razones y motivos.
Así que a nadie le podría extrañar que AMLO haya sacado flote su disgusto cuando se dio a conocer dicho reportaje, respecto a la casa en Houston, que se le atribuye a Loret de Mola, ya que es a su hijo a quien están señalando, sin tener, al parecer, nada qué ver con las acciones de su padre que, en cierta forma ha seguido pisando callos gruesos, y de ahí que posiblemente los portadores de esos lastimados callos estén y sigan escarbando a ver qué traspié le encuentran a AMLO y su familia, tanto la más cercana como a cualquiera que tenga alguna relación familiar con el tabasqueño.
El presidente de México, en una de sus más recientes conferencias matutinas, al referirse al señalamiento hacia su hijo mayor, dijo que ni las mafias se meten con los hijos y los familiares que no estén involucrados con los negocios de los jefes.
Y al parecer, así ha sido siempre, pues en novelas, películas y hasta en relatos de las mafias en los Estados Unidos de Norteamérica, así como las sicilianas y de otras partes del mundo, ningún grupo criminal se mete con los familiares de otros mafiosos, y menos con mujeres y niños.
Un claro ejemplo lo cita el escritor Mario Puzo en su novela "El Padrino", en donde cuando Virgil Sollozo, después de atentar contra don Vito Corleone, pretende hacer las paces y solicita una conferencia con alguien neutral como Michael Corleone, el menor de los hijos varones del Don.
Y cuando se concerta la cita, Santino Corleone, quien es el hijo mayor de don Vito, teme por la seguridad de su hermano menor; sin embargo, Tom Hagen, hermano de crianza de los Corleone, lo calma diciéndole que no tema, que como Michael no está involucrado en los negocios de la familia, no hay nada que temer, que por eso está a salvo. Y en la misma novela y también en la película, se lee y se mira que, la esposa de don Vito, hija, nueras, nietos y nietas, no corren peligro alguno, porque no se involucran con lo que haga tanto don Vito como sus huestes y, como Michael no está dentro de los negocios de su padre, pues de ahí que los demás mafiosos no lo cuenten como un enemigo.
Y respecto a eso de "ni mujeres ni niños", se ha documentado en informaciones sobre las mafias del mundo (excepto México), incluso en infinidad de películas tanto documentales como de ficción, en donde ponen hasta a los matones más despiadados decir que no harán daño a mujeres y niños. Y precisamente, en la película "Cara cortada", en donde el actor Al Pacino hace el papel del cubano "Tony Montana", cuando lo mandan a Nueva York a matar a un testigo protegido que declarará contra los distribuidores de cocaína en Sudamérica, se niega a que se lleve a cabo la explosión del carro del testigo, porque va viajando con su familia.
Eso de no meterse con la familia y menos con mujeres y niños, a la mayoría de los criminales ya los tiene sin cuidado, pues constantemente se ven noticias fatales en donde agreden a los familiares de personajes que, verídica o supuestamente andan en malos pasos.
Pero no nada más los mafiosos mexicanos atacan familiares que no tiene nada que ver con los negocios de sus ancestros, sino que, se ha visto que se han aprehendido a hijos, esposas y hermanos de supuestos capos, solamente porque son parientes, incluso a mamás o papás, sin que no se les compruebe que sean delincuentes.
Sea pues. Vale.
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