Sergio Mejía Cano
No creo que se considere como violencia política por razón de género, a la aún flamante presidente municipal de Tepic al hacer un señalamiento que sienten la mayoría de los tepiqueños de ambos sexos, ahora que se anunció que se aumentaría hasta en un 30 por ciento la tarifa del precio del agua que en sí, ha causado un gran disgusto, debido a la precaria situación económica por la que esta pasando casi toda la población.
arte de la ciudadanía, aún no sale del daño que ha generado la pandemia que, por lo que se ve y se siente, no tiene para cuándo terminar o al menos aminorar, pues, como cada día que pasa se informa sobre las variantes que ha estado conllevando el covid-19.
Así que resulta por demás inaudito que no se haya pensado en la triste situación económica por la que atraviesa la mayor parte de la población, ya que mucha gente ha perdido su empleo, por lo que ha tenido que recurrir a endeudarse para paliar en lo posible sus más apremiantes necesidades de alimentación y abrigo, incluso se habla de personas que han tenido que recurrir a retirar sus ahorros de las afores, perdiendo con esto sus semanas de cotización ante el IMSS o el ISSSTE, por lo que se verán afectados al momento en que llegue el momento de tener que pensionarse y, si a esto se le agrega que si no consigue un trabajo en el corto o mediano plazo en donde vuelva a cotizar en el sistema de Salud, será más grave el daño a la economía de esta población que, prácticamente ha quedado al garete, y todavía más, si igual las restricciones debido a la pandemia.
La ciudadanía en sí, no tiene por qué pagar los errores financieros de pasadas administraciones en cualquiera de sus tres niveles, tanto federal, estatal o como en el caso que nos atañe, en el nivel municipal.
Se ha dicho desde siempre que, sobre advertencia no hay engaño, por lo que la actual administración municipal sabía del trompo que se estaba echando a la uña; sin embargo, ahora casi al inicio de esta administración se anuncia el aumento a las tarifas del agua y, posiblemente también aumento a otros servicios municipales. Entonces ¿por qué hacer que la población de a pie pague por los más pudientes?
Esta medida de hacer que el pueblo pague por los posibles malos manejos en el presupuesto de las anteriores administraciones municipales, vendría a ser casi como una especie fobaproa, pero a nivel municipal y en donde la población tenga que cubrir los errores o desbarajustes financieros de servidores públicos perjudicando y sangrando aún más a la ya de por sí depauperada población.
Ahora bien: si el suministro de agua fuera de lo más óptimo, de alguna forma se justificaría un aumento a sus tarifas, aunque o tan desproporcionado como el que se pretende o ya se hizo, porque de acuerdo a lo que se ha informado, todo indica que los indolentes regidores ya aprobaron dicho aumento. Y es por esto que, el disgusto de gran parte de la población es porque paga por un servicio prácticamente ineficiente y más, porque desde siempre se ha dicho que, en las colonias o fraccionamientos en donde habita gente con mayores recursos económicos o personas que se dicen influyentes o que son o han sido funcionarios y servidores públicos o que se han movido y se mueven en el ámbito político, son los que más adeudan el agua y, el disgusto se ha acrecentado aún más, ahora que no nada más se les está cortando el suministro de agua, sino hasta el drenaje (en realidad, esto del drenaje no se ha confirmado de bien a bien), pero solamente a los deudores del agua de escasos recursos y de las colonias populares, pues por eso que haya bastante inconformidad de gran parte de la población tepiqueña.
Así que, ¿por qué no se ha contemplado el hecho de que la población está muy golpeada, económicamente hablando y se le carga la mano aumentando las tarifas del agua? ¿Por qué no buscar la solución entre los grandes deudores que, podrían seguir impunes y tan campante sin pagar el agua?
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