Sergio Mejía Cano
Cuando comenzó esto de la pandemia, se sugirió que ya no asistieran a la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reporteros, periodistas y comunicadores mayores a los 60 años de edad; esto con el supuesto de proteger su salud por estar considerados los adultos mayores, como los más susceptibles de contagiarse con esta enfermedad, incluso se redujo el número de asistentes a dichas conferencias mañaneras.
bargo, ayer martes en la conferencia que se ofreció en el estado de Jalisco, sí estuvieron presentes personas de la tercera edad, aunque con motivo de que se abriría el ciclo de vacunación de refuerzo, precisamente para los adultos mayores, de los que forma parte el mismo presidente AMLO.
Pero al comentar esto con algunos antiguos trabajadores ferroviarios, se llegó a la determinación de que ojalá y alguna vez estas conferencias fueran de tipo audiencias públicas y que se le permitiera la entrada a personas que se sintieran agraviadas por haber sido afectadas en su ámbito laboral, como por ejemplo los miles de trabajadores ferroviarios que fueron echados a la calle al momento de la concesión de los Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales) a la Iniciativa Privada (IP); y desde luego, también de otros rubros laborales, porque la actual administración de AMLO se ha enfocado más en Pemex y su sindicato; pero hay otras empresas y sindicatos en peores situaciones laborales que Pemex.
Sería bueno que en alguna de estas conferencias se dejara entrar a los adultos mayores para que le preguntaran a AMLO qué está pasando con la justicia laboral que no llega a infinidad de trabajadores, sobre todo ferroviarios. Y me refiero a adultos mayores, porque hoy en día, todos los que quedaron fuera ya rebasan los 60 años de edad y, a más de 23 años de haber quedado sin trabajo, siguen esperando que se resuelvan las demandas laborales que se entablaron por falta de liquidación, jubilaciones muy bajas y además discriminatorias y desde luego, por despidos injustificados al momento de la concesión a la IP.
Ya a más de 23 años de esta injusticia, muchos de estos trabajadores se han ido de este mundo aún con la esperanza de que recibieran su pago justo a sus demandas o tan siquiera haber sido restituidos en sus trabajos; y cada día que pasa, más y más trabajadores ferroviarios enferman o fallecen por la tristeza de haberles sido arrancada la ilusión de poder llegar al término de su vida activa, con una jubilación digna.
Y curiosamente, a propósito de jubilación, durante muchos años y de acuerdo a los antiguos estatutos sindicales, el jubilado podía asistir a las asambleas sindicales, pero sin voz ni voto, por lo que, en el argot ferroviario, cuando se le negaba algo a alguien, se le decía que como a los jubilados: ni agua. Y quizás tal vez por lo mismo, el tema de los jubilados se fue dejando de lado en el sindicato ferrocarrilero, por lo jamás se tocó dicho tema, y al no tocarse no se acordó que las jubilaciones se fueran incrementando de acuerdo a la inflación de año con año por lo que, al ser jubilados, la cantidad económica a percibir, era prácticamente irrisoria. Y, lo curioso ahora es que la mayoría, si no es que todos los secretarios de las secciones sindicales ferrocarrileras en el país, así como su secretario general, Víctor Félix Flores Morales, ya todos están jubilados y sin embargo, aún siguen llevando las riendas sindicales sin tener, estatutariamente, ya ningún derecho. Flores Morales ya anda frisando los 90 años de edad.
Y como al momento de la jubilación forzada, debida a la concesión a la IP, quedaron jubiladas las mujeres con más de 20 año de servicio, y los varones con más de 25, por lo que aquí entra un tipo de discriminación, por así establecerlo la ley que se refiere a que nadie puede ser discriminado en alguna forma.
De acuerdo a la Ley Federal del Trabajo (LFT), cuando dos o más empresas se llegasen a fusionar, el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de la empresa que contuviera las mejores prestaciones, es el que queda vigente; sin embargo, al momento de la concesión de Ferronales a la IP, esto no se respetó, porque el CCT con las mejores prestaciones y protección a los trabajadores ferroviarios, era el del Ferrocarril del Pacífico, S.A de C.V., que hasta contemplaba jubilaciones parciales, pagos dobles, continuados y adicionales y el pago de una garantía mensual que aseguraba salario seguro aun sin trabajar y que, el de Ferronales no contemplaba en ninguna forma.
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