Sergio Mejía Cano
Es muy evidente que la pandemia trajo consigo infinidad de daños colaterales, debido al confinamiento que mucha gente acató aún a regañadientes o forzados; pero todo en bien de la salud y los suyos. Sin embargo, otros más se vieron obligados a salir a buscar el sustento diario a como diera lugar, y las secuelas tal vez tarden mucho tiempo en desaparecer.
una combi de equis ruta, va vacía, nada más el chofer y una persona que viaja al lado del copiloto, con el que el conductor va platicando animadamente. Un servidor atrás, y nadie más.
Alcanzo a oír que el chofer le dice a su acompañante que es su última semana trabajando en la combi, que ya se va a bajar, y que su patrón está enojado porque no encuentra quien lo releve; pero que ya tiene más de 15 días que le avisó que ya no aguanta más, pues prácticamente sale a mano y a veces hasta le tiene que poner de su bolsa para pagarle la cuota a su patrón que le cobra diariamente 800 pesos y, pues con la situación de que casi no hay pasaje, en ocasiones no sale más que para el patrón y la gasolina, la que a veces le pone poca para que le quede al menos para las tortillas. Así que prefería andar cargando botes de mezcla y ladrillos o abriendo zanjas o lo que pudiera encontrar, pero que ya en la combi ya no.
Posiblemente no sea el único chofer del servicio de transporte urbano que se encuentre en la misma situación o parecida, porque no por nada, la mayoría de las combis y hasta camiones de diversas rutas, traen sendos letreros solicitando choferes para esas rutas; tal vez debido a que las condiciones laborales no sean de lo más óptimas y menos por la falta de prestaciones, porque según el chofer de esta combi, no cuenta con Seguro Social ni con ninguna prestación social, pues a pregunta expresa, comenta este conductor que tiene cuatro años trabajando para el mismo patrón en al menos dos rutas distingas y, que su patrón le aseguraba que sí lo tenía inscrito en el IMSS; sin embargo, la semana pasada le había dado una terrible diarrea, por lo que acudió a su supuesta clínica, y cual va siendo su sorpresa de que le dijeron que no estaba dado de alta, así que le llamó a su patrón para decirle esto, y su patrón le afirmaba por teléfono que sí lo tenía asegurado, pero que mejor lo vería con su contador a ver qué había pasado. Y el chofer comentó que le dijo a su patrón que entonces qué había pasado con el dinero que él, el chofer, le pagaba por la cuota del IMSS, y que su patrón nada más le dijo que lo iba a ver con su contador y le colgó.
Ya entrado e inmiscuido en la plática, le pregunto al conductor de la combi si su patrón le ha dado aguinaldo y si está inscrito en el INFONAVIT, a lo que responde que nada más dos veces le ha dado aguinaldo: el primer año cuando entró, dándole 900 pesos, y el segundo año que le dio 800 y ya; que esta pasada navidad su patrón alegó que había sido un año muy malo y que no podía darle aguinaldo, y tan, tan. Aclaro que no me metí en la plática por mitotero, sino porque el mismo chofer volteó a verme para decirme que yo cómo la veía, porque su patrón tampoco le ha querido dar vacaciones con el pretexto de que no encuentra quien lo releve esos días.
Reconoce el conductor de esta combi, que hasta antes de que se declarara la pandemia sí le iba bien, pues a veces le habían quedado libres hasta 400 pesos, después de los 800 del patrón y llenar el tanque de gasolina; pero con la pandemia casi no había pasaje y el patrón no se la creía; pero que aun así, los primeros domingos de abril del otro año se los había dejado libres, y que sabe que a otros de sus compañeros les siguen dando los domingos sin pagarle al patrón cuota, pero su patrón alega que sí hay pasaje, y cuando el chofer le muestra fotos con la combi vacía, su patrón le dice que esas fotos las toma cuando va o viene de su casa. Así que mejor se va a bajar de la combi y buscarle por otro lado.
Lo triste del caso, es que probablemente no sea el único chofer o trabajador que se encuentre sin estar asegurado en el IMSS y no contar con las prestaciones que tiene que cubrir todo patrón. Si las autoridades laborales le escarbaran más a fondo, encontrarían infinidad de anomalías en las que se encuentran no nada más los conductores de servicio, sino en otros rubros en donde prácticamente casi son esclavizados los trabajadores.
Se ha documentado que cuando una persona anda levantando una barda en su propia casa, le caen inspectores del IMSS y del sindicato de albañiles pidiendo cuota.
Comentarios