Ricardo Esquivel Castañeda
La tragedia del coronavirus SARS-CoV-2 no sólo se ha ensañado cobrándose la vida de más de 144 mil mexicanos, un daño terrible para México; se ha informado por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que de 4.9 millones de negocios registrados en 2019, cerraron de manera definitiva en el 2020, un millón 10 mil 857, con un promedio de tres trabajadores cada uno, y mientras en el sector informal se perdieron 12 millones de fuentes de trabajo; la inseguridad también hace sus estragos con 32 mil 882 homicidios dolosos y feminicidios para el año que acaba de terminar; y por último, quiero referirme al detrimento en la educación actual, como consecuencia de la pandemia.
El problema de la educación está muy relacionado con la situación sanitaria actual. Como todos sabemos, a partir de marzo de 2020, ésta sufrió un salto, de ser presencial, a ser dada en línea, por internet, televisión, radio y en cuadernillos. El cambio fue brusco, si resaltamos que la mayoría de la gente, 76.7%, son de bajos ingresos y no cuenta con el servicio de internet. Pero recordemos que ya antes de la pandemia la enseñanza pública presentaba serias dificultades con la gran deserción escolar, rezagos en el aprendizaje, apuros económicos para sostener los estudios, el poco dinero destinado por el Gobierno federal, por mencionar algunos. Todo esto es conveniente recordarlo, porque, veo dos problemas muy graves que atentan contra nuestra juventud y por lo tanto con el futuro de nuestro pueblo.
El primero es que se nota una gran desbandada escolar en instituciones públicas y privadas, como lo atestiguan las siguientes notas: ?Golpea pandemia a escuelas privadas en Nayarit?, ?El sector educativo detectó que la deserción de alumnos de las escuelas se está presentando en los planteles privados, debido a que con la actual contingencia los padres de familia están optando por cambiar a sus hijos a las escuelas públicas?, ésta última con declaraciones del secretario de Educación en Nayarit, Andrés Rodríguez Domínguez publicadas en eloccidental.com.mx del día 29 de noviembre del 2020; también se leen declaraciones como las del rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, Salvador Hernández Vélez, publicadas en el medio digital vanguardia.mx el pasado 19 de enero, ?Desertan 2 mil 300 alumnos de UAdeC por pandemia, de una matrícula de 38 mil estudiantes, se duplica cifra respecto a otros semestres?.
Las causas de las deserciones se pueden contemplar claramente en las declaraciones del rector de la UAdeC, ?Pasó algo en sus familias, de algunos murió su papá, quien los atendía o los proveía, y en ese sentido muchos han tenido que trabajar, otros, su papá también perdió parte del empleo, a otros les rebajaron los sueldos?.
La pandemia, al provocar la muerte del jefe de la familia, orilló al estudiante a que abandone sus estudios para trabajar y ayudar en el sostén del hogar; también de quienes perdieron el trabajo o ven disminuir sus ingresos, ya no pueden continuar con su educación en escuelas privadas o públicas, por eso la deserción.
Pero hay algo más abajo que aún se puede apreciar al estar en contacto con los jóvenes y padres de familia de nivel bachillerato y de universidad; las condiciones materiales en que viven millones de mexicanos sin trabajo, con bajos ingresos, con problemas de hacinamiento en sus hogares y que ahora viven más tiempo juntos por la cuestión sanitaria en casas muy pequeñas, donde una de tantas complicaciones es la señal de internet, vital para el actual aprendizaje, todo esto está orillando a que las juventudes abandonen sus estudios, mientras que otros se enrolan en actividades ilícitas como las drogas, prostitución, el casamiento prematuro o a buscar desesperadamente una salida a sus dificultades con el suicidio.
Me parece que la situación es alarmante, el ver que la vida de jóvenes con cualidades para las matemáticas, la biología, la música, entre muchas otras, se vean truncadas por la falta de dinero y de apoyos del Gobierno y que están obligados a morir o a realizar trabajos que no desean o que no les gustaría hacer, esto es un crimen, y un gran retroceso al desarrollo de la ciencia y del conocimiento.
Esto es lo que pasa ahorita con el Gobierno de la 4T, también en la educación estamos en crisis, nuestra juventud está obligada a ser mano de obra barata al servicio de los extranjeros, en vez de ser, con su conocimiento, con su sabiduría y con su innovación, la salvación de nuestro pueblo; no aceptemos una realidad así, manifestemos nuestro clamor, si ya sabemos que esta administración no sabe gobernar, pues no volvamos a colocarlos en el poder, aún es tiempo de salvar a nuestro gran país.
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