Ricardo Esquivel Castañeda
El día 15 de enero del presente mes, vimos y escuchamos los discursos de preocupación del gobernador de Nayarit, Antonio Echevarría García y del presidente municipal de Tepic, Francisco Javier Castellón Fonseca, por el repunte de la covid-19, ambos mensajes se redujeron a reconocer el aumento de los contagios, por lo que realizaron exhortos a tomar las medidas necesarias como lavarse las manos con jabón constantemente, usar gel y cubrebocas, evitar aglomeraciones, así como la mención de tomar la medida de cerrar los comercios a las 10 de la noche; se advirtió a la ciudadanía que si no tiene necesidad de salir, que se quede en casa, ya que si no se toman las precauciones correspondientes se puede pasar a Semáforo Rojo y no se desea afectar más a la economía, ?un segundo golpe sería devastador para la economía local?, dijeron en sus mensajes.
¿Qué podemos decir de los mensajes de los dos funcionarios de Gobierno? Primero, que se pone sobresalto el repunte del coronavirus SARS-CoV-2 cuando ya hay más contagios en Nayarit que en los meses anteriores de la pandemia; a nivel federal pasa lo mismo, los hospitales están saturados y por ello, para que se tomen las medidas necesarias se plantea la alarma, ya que no se puede controlar la propagación del virus.
Segundo, las medidas van dirigidas a la gente, para que ésta haga caso y así evitar pasar al Semáforo Rojo. Desde mi modesto punto de vista, las autoridades municipales y estatales hacen estos exhortos y llamados, porque ven claramente que esa es la indicación del Gobierno federal y es éste quien ha abandonado a su suerte la salud de cada familia mexicana.
Desde el comienzo de la pandemia, marzo 2020, nuestra organización, el Movimiento Antorchista, viendo la realidad en que vive el pueblo pobre, dijo que era urgente, si el Gobierno aplicaba el enclaustramiento de la gente, crear un plan nacional de distribución de alimentos a fin de ayudar a todos aquellos que se quedaron sin trabajo y también de dotar con algún apoyo económico a cada familia para que cubrieran sus necesidades más apremiantes. A esta petición nunca se le respondió.
Los empresarios por su parte, viendo difícil la situación de sus negocios, también lanzaron pedidos de auxilio al Gobierno federal para resistir los efectos de la pandemia y nunca se les escuchó, al contrario, fueron tratados como contrarios a la revolución de la 4T. Los resultados, el constante crecimiento de locales cerrados y el aumento del desempleo.
Tercero, como medida para conocer más de cerca el problema, expertos de la salud han recomendado al Gobierno morenista que aplique las pruebas covid-19 a fin de ubicar a los contagiados y controlar de mejor manera la situación, y hasta el día de hoy se han negado a su aplicación.
Lo que se le ha pedido al Gobierno son cosas que se han hecho en otros países y que se ha visto que ha ayudado a enfrentar la situación, sin embargo, con increíble indiferencia, esta administración se ha cerrado a escuchar las opiniones.
Entonces, teniendo este antecedente queda más que claro por qué el Gobierno nayarita cae en los llamados a tomar medidas, como si no supiera cómo enfrentar la situación. Considero que sí es de su conocimiento que el pueblo mexicano está en una posición difícil, sin empleo, en pobreza, viviendo con muchas carencias, asesinado por la pandemia de la covid-19, y saben también que, si decretan otra cuarentena, la economía se vendrá a pique y aumentará la inconformidad social de la gente.
Pero qué significa esto, que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no le habla claro a las personas, no le explica por qué en otros países como China, Rusia, Perú, Chile, por mencionar algunos, sí pueden ayudar a su gente con alimentos y con dinero en efectivo y aquí en México no, no quieren destinar recurso a la salud, para contener la tragedia, así como alimentar a quienes se queden en casa, por eso no están dispuestos a tomar medidas más enérgicas a fin de evitar tantas muertes.
Se avecinan días muy difíciles para los pobres. El Gobierno federal sí cuenta con recursos, pero esos están destinados a las grandes obras como la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía, que a fuerza quiere construir esta administración, aunque sea en detrimento de la salud y la vida de miles de mexicanos; el pueblo tiene que entender y exigir que primero se le debe de atender, antes que los caprichos de un Presidente que busca cómo afianzarse más en el poder.
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