Por Sergio Mejía Cano
En el portal de internet del periódico La Jornada de este martes 28 de mayo, viene un reportaje firmado por el corresponsal en Bahía de Banderas, Nayarit, Javier Santos, en donde se informa sobre la lucha que están llevando a cabo habitantes de Jarretaderas por recuperar sus accesos al Mar y al río Ameca que tienen bloqueados por los constructores de un desarrollo turístico edificado por el Grupo Vidanta.
Esto trae el recuerdo de que desde el inicio a principio de los años 70 del siglo pasado del Fideicomiso Bahía de Banderas (FIBBA), ha tenido una serie de conflictos agrarios y comunales, así como dificultades de todo tipo que aún perduran hasta nuestros días sin que al parecer haya una pronta resolución y que todo este problema seguirá hasta quién sabe cuando debido a los enormes intereses que se manejan ahora por ser un emporio turístico de altos vuelos y que por lo mismo, esto impide que se encuentre un resultado favorable para quienes se dicen afectados desde que se pensó en este proyecto de darle surgimiento turístico a las playas del sur de Nayarit.
Si bien se calma a cada rato el ruido mediático respecto a este asunto, cíclicamente vuelve a resurgir debido al tema más frecuente y que resalta en cada temporada de vacaciones altas, pues salen a relucir las quejas por los pocos accesos a las playas y por verse cada día más difícil para que la población de a pie pueda ingresar a disfrutar de estas playas debido a que se dice que prácticamente ya queda muy poco por privatizar y que los dueños de las cadenas hoteleras se sienten con el derecho de impedir que los mexicanos que no estén hospedados en sus hoteles no puedan bañarse en las olas del Mar frente a sus instalaciones.
Así que constantemente surgen organizaciones no gubernamentales que luchan por tener libre acceso al Mar en este municipio que ha sentado sus reales encima de muchas inconformidades y quejas por la arbitrariedad con que se conducen los que ahora se sienten dueños de las playas mexicanas que hasta hace un tiempo relativamente corto, los mexicanos nos ufanábamos de decir que las playas de todo el país eran nuestras; sin embargo, ahora se ve y se comprueba que no es así, ya que por lo regular se impide el paso al Mar por parte de quienes hoy se dicen dueños de estas playa; y no nada más en Nayarit, sino que se ha documentado que lo mismo está pasando en Quintana Roo, Oaxaca, Veracruz y demás lugares en donde los grandes emporios turísticos han sentado sus reales.
Y lo peor es que al parecer las autoridades no actúan con determinación para obligar a estos emporios que se han apropiado indebidamente de las playas a que dejen acceso libres, porque así exista un dictamen de que ya se pueden vender terrenos cercanos a las playas y zonas fronterizas a particulares extranjeros, aún está por resolverse esta marcada controversia constitucional, pues no se le puede despojar a la Nación de lo que siempre ha sido suyo y por ende de todos los mexicanos, porque claramente se ve que todo esto es en perjuicio de los verdaderos dueños como los que tenían sus terrenos frente al Mar y que ahora nomás contemplan cómo ha cambiado el entorno que tanto daño ha causado a la ecología, a la flora y a la fauna.
Pero he aquí otro problema, ya que si con la mano en la cintura gracias a Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien de la mano con la hoy senadora Gloria Núñez lanzaron la iniciativa de ley para que se pudieran vender en nuestro país los terrenos estratégicos aledaños a las playas y en las zonas fronterizas y constitucionalmente pertenecientes a sus habitantes, pues qué se puede esperar que no les suceda a los pequeños propietarios de terrenos ejidales cuyo pecado es estar frente al Mar y que alguien le haya echado el ojo mirando que ahí hay lana por las posibilidades de construir hoteles para seguir inclinándose ante el turista extranjero que nomás porque deja dólares, no les importa los vendedores que los mexicanos sufran por la pérdida de sus ancestrales terrenos.
Desde que se comenzó a hablar de la hoy famosa "Riviera Nayarit", empezaron a surgir las quejas de ejidatarios que al llegar a sus parcelas las vieron cercadas con malla ciclónica y con vigilantes impidiéndoles el paso que durante muchos años hacían para trabajar esas parcelas pero que de pronto se toparon con que ya no les pertenecían o al menos ya no podrían trabajarlas en lo sucesivo, y después ver con impotencia cómo se levantan enormes hoteles en donde antes sembraban y hasta vivían.
Comentarios
el mentiroso
2019-06-06 02:37:23
Todas estas injusticias con la complacencia de los PRIANISTAS.Poco o nada podrá hacer AMLO ya que los millonarios son muy podarosos.