Por Sergio Mejía Cano
Es evidente que hasta antes de dos meses de gestión del aún flamante presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya ha pisado alguno callos y levantado más de una ámpula en varios sectores de la población, sobre todo entre los más pudientes, desde luego por la cuestión del petróleo y todo lo que se ha descubierto referente a su saqueo.
Y también otro sector que se podría pensar que ya no iba a protestar y sí, es el del movimiento de antorcha campesina que, ahora resulta que sus dirigentes nada tienen de campesinos por lo que pusieron el grito en el cielo cuando presintieron que ya no iban a recibir recursos económicos de parte del neo gobierno federal; y resulta que hasta tienen gasolineras y otros rubros que por supuesto les deben de generar ganancias, porque si no, entonces no tendrían esos negocios.
Pero respecto al saqueo del petróleo, ahora se ha documentado que eso del robo de los ductos a lo largo de donde están colocados es nada comparable al robo de crudo y derivados en Alta Mar, dando a entender que esto del saqueo desde las mismas plataformas de perforación ahí sí son las ligas mayores en cuestión de robo de combustibles y de dinero que debió entrar a las arcas nacionales.
Hay voces que señalan que todo esto del robo a gran escala era ya un secreto a voces y que mucha gente lo sabía pero por algo callaban, y que lo que pasa ahora es que ya se dio a conocer públicamente todo el desaguisado con que operaron durante muchos años los encargados del saqueo con la cuchara grande; sin embargo, es obvio que para gran parte de la población sí fue una gran sorpresa el enterarse de que salían buques cargados de crudo y nada más daban la vuelta regresando como si lo acabaran de adquirir.
Entonces se podría deducir que por eso se dijo que México, a pesas de ser un país petrolero tendría que importar crudo, ¿por qué?, pues posiblemente para justificar en caso de que se llegara a descubrir que el supuesto crudo que aparentemente se había comprado en el extranjero era el mismo que se había extraído en alguna de las plataformas mexicanas. Si esto no es traición a la Patria, ¿entonces qué es?
Con todo esto del descarado saqueo a Pemex y más que se tendrá que ir descubriendo, hace que uno se pregunte si todo esto que está pasando se habría dado a conocer en caso de que haya ganado las elecciones presidenciales Ricardo Anaya Cortés o José Antonio Meade Kuribreña. Y curiosamente con conocidos y familiares, en encuentros ocasionales o mesas de café, hasta ahora cada vez que se toca este tema, todos coinciden que en caso de que alguno de estos dos representantes del PAN y del PRI hubiesen ganado la Presidencia de la República, todo seguiría igual y como si nada, porque es muy probable que cualquiera de estos dos estaban precisamente para cubrir esta cloaca que se ha destapado y no hubieran permitido que se abriera ni un centímetro para hacerle el juego a las palabras del entonces presidente Peña Nieto cuando afirmó que la ?gallina de los huevos de oro de Pemex se había secado?, palabras que después ahorcaron al mismo Peña Nieto cuando se publicó tanto a nivel nacional como internacional que se habían descubierto vastos yacimientos en el sureste del país y más allá.
Se podría entender que quizás Peña Nieto quiso justificar que ya no había petróleo en el subsuelo mexicano para poder negociar todo lo demás ya sin rendirle cuentas a la Nación. Porque esto es lo malo que le ha ocurrido a nuestro país: que los presidentes en turno se sientan dueños de lo que no es suyo, es decir, del petróleo, de las playas, de las zonas fronterizas, de empresas antes consideradas estratégicas para la Nación, etcétera; pero que sin embargo, fueron malbaratadas a amigos, compadres y allegados y posiblemente a estos mismos ahora expresidentes, tal y como se ha señalado desde endenantes a Carlos Salinas de Gortari de haberse apoderado de Telmex con Carlos Slim de por medio como prestanombres; eso se dice, porque obviamente a Juan pueblo no nos consta en lo absoluto, peor lo intuimos.
Así como se dice también de Ernesto Zedillo Ponce de León de que se hizo accionista de los ferrocarriles que tan desfachatadamente se devolvieron al capital extranjero; como las minas, los ingenios y otras empresas que otrora fueron orgullo de los pasados gobiernos emanados de la Revolución Mexicana.
Así que sí sería entretenido pensar en qué hubiera pasado si no gana AMLO y ahora el presidente del país fuera Ricardo Anaya o José Antonio Meade.
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